En 2002, el renombrado chef Jordi Vilà y la experimentada maître Sònia Profitós inauguraron Alkimia, un restaurante que, tras 14 años, encontró su nuevo hogar en el piso noble de la antigua Fábrica Moritz, un edificio histórico que alguna vez fue residencia de la familia Cervecera. En este lugar, ofrecen un cautivador menú degustación que nos permite vislumbrar los destellos de la cocina catalana del futuro, la cual es el hilo conductor de su propuesta culinaria.
En Alkimia, sorprenden a los comensales con platos innovadores como los guisantes con sepia a la bruta, el suquet barat de verat con judía del ganxet, calçot y espinacas, así como las angulas con papada y tomate a l’all cremat. Estas creaciones culinarias conmocionan y deleitan a quienes las prueban, despertando una experiencia gastronómica única.