Palabras del autor

El origen del Monkey Gland es tan original como su nombre. A finales del siglo XIX existía en París un médico, el doctor Serge Voronoff, que decía que había encontrado la fórmula para alargar la vida a los hombres, trasplantar testículos de mono. Según él, la testosterona de los testículos de mono hacía la vida más saludable.

Aunque consiguió convencer a algún incauto, la idea provocó en Francia más risa que asombro. De forma irónica surgió el Monkey Gland, un cocktail que decían que producía los mismos efectos, pero sin necesidad de trasplantarse testículos de mono.

Su autoría se disputa entre 2 barman. Uno de ellos es Harry McElhone, dueño del famoso Harry’s New York Bar de París.

Además del Monkey Gland, también formuló de otros cócteles tan famosos como el Sidecar, el Bloody Mary o el White Lady. El otro barman que pudo crear este combinado es Frank Meier, que estaba tras la barra del Hotel Ritz de París.

No está muy claro quién fue el verdadero creador del Monkey Gland, pero lo que sí sabemos es que tuvo una idea genial. Hizo un cocktail potente con un aroma delicioso.